Por Suny Florentino
Se hace más que imperante, en la coyuntura político-electoral actual, orquestar acciones que rompan los esquemas, de manera que el Partido Revolucionario Moderno (PRM) prosiga en el privilegiado primer lugar en el que se encuentra y se consolide en la delantera con un mucho mejor posicionamiento en relación con sus hoy lejanos contendores.
Y es que esta campaña ya no estará basada solo en el discurso, sino en quienes la representen o la encabezan.
En tal sentido, hemos visto cómo el electorado ha dado buena aceptación y colocado en un lugar privilegiado a ciertos actores políticos, como lo los casos de Raquel Arabaje y Guido Gómez Mazara.
En ese orden, guardando la forma y la distancia, las campañas políticas no son más que la guerra a través de las ideas, el mensaje, las propuestas y las confrontaciones en buena lid.
La estrategia más inteligente sería la de formar tres frentes para derrotar a la oposición, para matarle con golpes políticos, a votazos por la cabeza como a las culebras.
Sería una especie de táctica parecida o igual aquella que utilizó Israel en la guerra de los seis días, que terminó derrotando a Egipto, Jordania y Siria, respectivamente.
En principio, Raquel, estaría conectando con esa franja de electores que representa la mujer y su empatía con las buenas acciones que ha venido realizando desde su rol.
Guido aportaría la unidad hacia lo interno y sumaría esa generación de políticos y actores no partidarios del espectro electoral que se identifican con su forma de hacer política.
Esos tres frentes estarían encabezados por:
Luis Abinader
Raquel Arbaje
Guido Gómez Mazara
Raquel Arbaje, y Guido Gómez Mazara son figuras frescas, que la gente quiere escuchar. A la gente interesa verle. Generan empatía y aceptación.
Son lastres figuras con mayor alcance de crecimiento electoral en el PRM, al menos en este momento.
Como decía el maestro: “En política como en la vida las cosas hay que hacerlas cuando haya que hacerlas, ni antes ni después, sino cuando haya que hacerlas”.