Voltaire es el quinto magistrado al frente de la pesquisa que sufrió altibajos en el último año y medio, mientras organizaciones denuncian la supuesta apatía y falta de voluntad política de las autoridades para culpar a los responsables.
Moïse murió baleado en su residencia de esta capital aparentemente por un comando de exsoldados colombianos, que también hirieron a su esposa, Martine Étiene.
Desde los sucesos, al menos 40 personas fueron detenidas en la Penitenciaría Nacional, pero 18 meses después aún no se presentaron cargos en su contra, lo cual viola las leyes, aseguraron expertos.
Esta semana cuatro de los sospechosos fueron extraditados a Estados Unidos para prestar declaración en un tribunal de Florida por conspirar para cometer asesinato o secuestro, brindar apoyo material y recursos con resultado de muerte, y contrabandear bienes, de acuerdo con un comunicado del Departamento de Justicia norteamericano.
Se trata de James Solages, Joseph Vincent, Emmanuel Sanon y el colombiano Germán Rivera García, quienes están acusados por la policía local de conspirar para perpetrar el secuestro de Moïse y luego coordinar el magnicidio.
Sanon, un médico haitiano residente en Florida, fue señalado por las fuerzas del orden como el principal sospechoso del magnicidio, mientras Solages trabajaba para una empresa de seguridad norteamericana presuntamente vinculada al complot, y Vincent fue un informante de la Agencia de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés).
Por su parte, Rivera es uno de los presuntos líderes de la ejecución del jefe de Estado.