Nueva York, AT.- Una de las cosas más populares que hace la gente en pos de un estilo de vida saludable o de la pérdida de peso es renunciar al azúcar. No es de extrañar que la versión sin calorías de los refrescos azucarados haya hecho furor en su momento, ya que este tipo de bebidas se posicionan como una forma saludable de reducir la ingesta de azúcar y perder peso sin renunciar a su capricho favorito.
Sin embargo, diversos estudios advierten que los refrescos dietéticos no son la mejor opción, y que tiene poco o ningún sentido preferirlos a los refrescos normales. Y no se trata de su falta de beneficios, sino también de sus riesgos para la salud. En efecto, los sustitutos del azúcar distan mucho de ser tan inocuos como se promocionan.
No ayuda a perder peso
En cuanto a la pérdida de peso, el cambio a los refrescos ‘light’ no ayuda a controlar el peso a largo plazo, informó la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además, los consumidores tienden a compensar las calorías ahorradas con alimentos grasos y poco saludables.
Y es que, aunque los refrescos ‘light’ contienen menos calorías que sus homólogos dulces, tienden a activar receptores en el cerebro que provocan un aumento de las ansias de comer, sobre todo en mujeres y personas con sobrepeso.
Amenazas ocultas
Los sustitutos del azúcar, a pesar de sus aparentes beneficios, pueden causar una serie de problemas de salud, como accidentes cerebrovasculares, la demencia, la diabetes de tipo 2, la obesidad y el síndrome metabólico, que puede desembocar en cardiopatías, advierten varios estudios.
Según la OMS, uno de los edulcorantes más populares en las bebidas dietéticas, el aspartamo, es potencialmente cancerígeno para el ser humano. Además, existen pruebas preliminares de que los edulcorantes artificiales pueden irritar las mucosas del aparato digestivo, provocando inflamación y aumentando los síntomas que suelen asociarse al síndrome del intestino irritable.
l consumo frecuente de bebidas gaseosas dietéticas también se ha relacionado con enfermedades inflamatorias del hígado, y la presencia en ellas de ácido fosfórico y cítrico provoca erosión dental.
De este modo, los refrescos bajos en calorías con sustitutos del azúcar no pueden considerarse una alternativa saludable a los refrescos azucarados y deberían limitarse a quienes realmente se preocupan por su salud.