Santo Domingo.- La partida de Marino Lachapelle, conocido popularmente como “El hombre del nivel”, ha conmovido profundamente a la comunidad universitaria de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
Su pérdida fue confirmada este domingo en el sector Los Tres Brazos, donde residía y era considerada una figura emblemática por su mensaje de equilibrio, humildad y respeto.
Durante décadas, Lachapelle se convirtió en un símbolo viviente dentro de la UASD.
Con su característico casco protector y su inseparable nivel de construcción, recorría el campus transmitiendo con su presencia la importancia de la justicia social, la igualdad y la convivencia pacífica.
Su imagen representaba el recordatorio constante de que la educación y la humanidad pueden coexistir como pilares del desarrollo colectivo.
Más que un personaje pintoresco, Marino simbolizaba la voz del pueblo: Estudiantes, obreros y ciudadanos se encontraban en él una representación genuina del espíritu solidario dominicano.
Era habitual verlo caminando por los pasillos universitarios, saludando a profesores, conversando con jóvenes y compartiendo mensajes de esperanza y respeto mutuo. Su cercanía y humildad lo convirtieron en una figura entrañable para varias generaciones.
El apodo “El Hombre del Nivel” trascendió los límites del campus para transformarse en una metáfora de su propia vida. Con su instrumento en mano, promovía la idea del equilibrio como principio moral y social. Su mensaje era claro: mantener la balanza justa entre los seres humanos, actuar con equidad y recordar que la verdadera grandeza surge del respeto y la convivencia armónica.
Vecinos del sector Los Tres Brazos relataron que hasta sus últimos días mantuvieron su rutina de caminar con serenidad por las calles, saludando con una sonrisa a quienes se encontraban a su paso. Lo descrito como un hombre de espíritu pacífico, de palabras firmes y de profunda sencillez, que logró ganarse el afecto de todos los que tuvieron la oportunidad de conocerlo. Su vida cotidiana fue un reflejo coherente de los valores que predicaba.
Autoridades universitarias, docentes y exalumnos expresaron su pesar por la pérdida de quien era parte esencial del paisaje humano de la UASD. Reconocieron en él a un referente de identidad popular que, sin ocupar cargos oficiales ni tener títulos académicos, dejó una huella imborrable en la memoria colectiva del estudiantado. Su legado permanecerá como ejemplo de compromiso social y de convivencia entre los distintos sectores universitarios.
Aunque no se han ofrecido detalles oficiales sobre las circunstancias de su partida, distintas agrupaciones estudiantiles y comunitarias han manifestado su intención de rendirle homenaje póstumo en el campus universitario. Dicho tributo busca agradecerle por décadas de ejemplo, recordando su mensaje de armonía y justicia, valores que inspiraron a quienes lo conocieron.
Con su partida física, la UASD pierde a uno de sus símbolos más humanos y auténticos. Marino Lachapelle enseñó, con un simple nivel en la mano, que el verdadero equilibrio no se impone por la fuerza, sino que se construye día a día mediante el respeto, la empatía y la búsqueda constante de justicia para todos.






