Buenos Aires, AT.- Sacerdotes de las villas y barrios populares de Argentina expresaron este viernes su «gran preocupación» por «el aumento desmedido de precios» y el «creciente desempleo», en el marco de las medidas de ajuste económico aplicadas por el Gobierno de Javier Milei.
A través de un comunicado titulado ‘levantarnos con esperanza’, los ‘curas villeros’ de la Ciudad y el Gran Buenos Aires manifestaron tener «poca perspectiva de un Estado presente que cuide a los más débiles», hecho que causa «desesperación».
El documento, que recoge un lema del papa Francisco, «estamos todos en el mismo barco», expresaron alarma ante el creciente desempleo, la emergencia alimentaria y la droga que sigue atrapando a los jóvenes de los barrios, en los cuales el 48 % de la población está conformada por niños y adolescentes.
Emergencia alimentaria
«Nos preocupa la atención de la emergencia alimentaria de hoy, mañana y el próximo mes, lo mismo que los precios de los medicamentos, los alquileres precarios en nuestros barrios, la garrafa (de gas natural) y tantos aumentos sin freno, cosa que no sucede con los salarios y los ingresos», indica la ‘Pastoral villera’ en el texto, que cuenta con la firma de más de 40 curas de Buenos Aires y otras provincias argentinas.
Además, los sacerdotes informaron que se han abierto varios comedores de emergencia, «que se suman a los ya existentes, ya que para muchos es muy difícil el acceso al pan de cada día».
El comunicado remarca que «hace falta una fuerte política alimentaria y habitacional en estos tiempos», sobre todo «en los barrios que tienen una población mayoritariamente infantil».
En el marco de su «tradición democrática», los religiosos exigieron políticas de Estado para la problemática de las drogas, y, en materia de inseguridad, se manifestaron en contra de las propuestas oficiales para la baja de la edad de imputabilidad y el acceso a las armas.
La pobreza avanza
Las últimas mediciones del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), publicadas en marzo, marcan una pobreza de 39,2 % y reflejan que 8,1 % de los ciudadanos padecen la indigencia. Es decir, ni siquiera llegan a satisfacer sus necesidades alimenticias básicas.
Sin embargo, con la brusca devaluación del peso aplicada por Milei, y el nivel récord de inflación que se alcanzó en diciembre, mes con el que cerró el 2023 a un ritmo de 211,4 % anual, la situación empeora velozmente.
Según el Observatorio de la Deuda Social (ODSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA), la pobreza multidimensional urbana ascendió al 44,7 % del total de la población y al 62,9 % de los niños y adolescentes. Esto equivale a 17,5 millones de argentinos sumergidos en niveles bajos de ingresos, vivienda precaria, salud y educación insuficiente o inseguridad alimentaria. Asimismo, el 9,6 % de la ciudadanía está en niveles de indigencia.