Por Dennis Manzanillo
La Administración encabezada por el presidente Luis Abinader, inició su mandato en agosto del 2020, realizando muchos anuncios y promesas, asegurando que representaban el Cambio para las grandes mayorías. Acorde con esto, presentaron al país muchas promesas en los diferentes órdenes. A tales fines, anunciaron la creación de miles de nuevos empleos, mejora de la seguridad, costo de los alimentos más asequibles, construcción de obras de infraestructura, mejora de la educación y la salud pública, entre otros, etc.
A fin de realizar y cumplir con lo anterior, el gobierno de turno se embarcó en una carrera de préstamos, tanto locales como internacionales, que dada la magnitud en que se encuentra actualmente, ya presenta niveles alarmantes y preocupantes, por su nivel tan elevado e histórico.
Ahora bien, al día de hoy, 8/11/2023, la realidad entre las promesas y anuncios realizados por el Gobierno y las ejecutorias en los diferentes órdenes exhiben un divorcio, propio de los gobiernos que, como bien dice un dicho del pueblo llano dominicano, podríamos calificar de “mucha espuma y poco chocolate”. Y de inmediato pasamos a describir por qué: En materia de empleos, los niveles de ocupación no se han correspondido con lo prometido, ni siquiera con los niveles pre pandemia, toda vez que la informalidad rondaba el 57% al primer trimestre de 2023.
En el caso de la seguridad, la delincuencia y criminalidad siguen golpeando a la sociedad, siendo este uno de los temas más preocupantes para la sociedad dominicana, encontrándose entre los tres primeros. Respecto al costo de la canasta familiar, es decir, lo que les cuesta a las familias dominicanas vivir, vemos cómo ésta se ha disparado, de tal forma que ya constituye el segundo problema de mayor preocupación en nuestra sociedad. Por su parte, respecto a la inversión en obras de infraestructuras públicas, el gobierno actual, encabezado por Luis Abinader, tiene el triste récord de ser el que menos ha invertido en los últimos 25 años, muy a pesar de ser el que más ha endeudado al país, con una deuda total que supera ya los US$73,607.0 millones, a agosto de 2023.
Por su parte, en relación al tema de la educación y la salud pública, lo que está viviendo el país, es un reflejo claro de la improvisación, falta de planificación y acciones erráticas, que acompañan y distinguen esta gestión de gobierno. Escasez de aulas, falta de mantenimiento de las existentes, necesidad de profesores, problemas con los textos escolares actuales, desvinculación de servidores del Ministerio de Educación y no pago de las prestaciones correspondientes, baja calidad de la educación y nuestro país compitiendo por los últimos lugares en las diferentes pruebas que se realizan.
En tanto, en materia de salud, nos encontramos con la situación de que los hospitales de la red pública, tienen escasez de suministros disponibles, así como de camas, mientras el país sufre la consecuencia de la falta de planificación y de escasas ejecutorias en dicha área, también, siendo azotado fuertemente por la enfermedad del dengue, significando ésta la pérdida de vidas.
Por tanto, como se puede ver, el gobierno de Luis Abinader, ha resultado un fraude para el pueblo dominicano, que a más de tres años transcurridos de gestión gubernamental, tiene el mérito de haber contribuido con certeza a disminuir de forma significativa la calidad de vida, la seguridad, la calidad de la educación y a incrementar el desempleo, así como, fundamentalmente, a encarecer el costo de la vida de los dominicanos, especialmente de la clase media y, de forma más cruel, de los más pobres.
En síntesis, el Gobierno del Cambio ha resultado en un gran fraude, que solo ha servido para hacer retroceder los avances que ya venía experimentando el pueblo dominicano.


