Por Germán Reyes
Santo Domingo.- Desde 2009 cuando iniciaron los trabajos de la presa de Monte Grande a los campesinos se les hacen promesas y ya hasta les quitaron las tierras donde con la agricultura conseguían el sustento de sus familias.
Después, el día nueve de enero pasado fueron asentados por el presidente Luis Abinader en un proyecto habitacional todavía inconcluso, mientras son incumplidas las promesas del gobierno y también los contratos firmados con los obispos de San Juan y de Barahona de testigos.
Santo Esteban Ferreras, el líder de los residentes en las cuatro comunidades circundantes de la obra, La Meseta, Los Güiros y San Simón y Monte Grande, ha sido insistente en esas y otras denuncias.