Buenos Aires, AT.- Despidos masivos. Empresas paralizadas. Obras inconclusas. Recesión. Devaluación. Un acelerado empobrecimiento. Salarios que pierden contra la inflación. Desplome del consumo y de la producción industrial. Una economía en crisis profunda.
A seis meses de haber comenzado a gobernar, el presidente Javier Milei no tiene resultados económicos positivos sólidos para mostrar. Todo lo contrario.
El mandatario, quien asumió el pasado 10 de diciembre, suele presumir que bajó la inflación y terminó con el déficit fiscal, es decir, que el país dejó de gastar más de lo que tiene, y que alcanzó el superávit pero las cifras son cuestionadas porque parten de premisas dudosas.
Por ejemplo, en 2023, Argentina registró una inflación anual del 211,4 %, lo que fue uno de los principales motivos de la derrota del candidato oficialista y entonces ministro de Economía, Sergio Massa, en las elecciones presidenciales.
Si se desagrega mensualmente, resulta que en noviembre, último mes del pasado gobierno, la inflación fue del 12,8 %. En diciembre, ya con Milei en la presidencia, se disparó en un 25,5 %; en enero bajó a 20,6 %; en febrero, a 13,2 %; en marzo, a 11 %; y en abril, a 8,8 %.
Aunque es verdad que la inflación registra una tendencia a la baja, en realidad lo hace a partir del abrupto salto que tuvo en diciembre como consecuencia de la devaluación del 54 % que Milei promovió cuando llegó al Gobierno.
El resultado es que, durante el primer trimestre de este año, acumuló un alza del 51,6 %, por lo que sigue siendo una de las tasas de inflación más altas del mundo.
Además, el presidente afirma de manera recurrente que su ministro de Economía, Luis Caputo, es un héroe porque evitó una «hiperinflación del 15.000 %» en los precios mayoristas, lo que no está avalado por ningún estudio.
Saldo negativo
Con respecto al supuesto equilibrio fiscal que presume Milei, economistas de todos los signos lo consideran ficticio, ya que lo ha logrado con base en la postergación de pagos a empresas que tienen contratos con el Estado, freno a la obra pública, drásticos aumentos a las tarifas de agua, gas y electricidad, despidos masivos en el Estado y recorte a las jubilaciones, entre otras medidas.
Sus críticos suelen poner de ejemplo que es como si una persona dijera que ahorró porque durante un mes no pagó las tarjetas de crédito, pero la deuda existe y en algún momento tendrá que cubrirla.
«Es como no pagar el alquiler, la luz, el agua, las expensas. No tenés superávit, hermano, no es cierto«, resumió la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner al criticar la política económica del mandatario.
Por otra parte, el FMI ya advirtió que este año la inflación será otra vez récord, del 150 %; y que la recesión alcanzará un 2,8 %.
El panorama se agrava con los datos del estatal Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), que reveló que en marzo la actividad económica se desplomó en un 8,4 % con respecto al mismo mes del año pasado.
No hay un solo sector que tenga un indicador positivo, ni expectativas de que la tendencia se revierta en el corto plazo.
Ello se refleja, por ejemplo, en los 100.000 puestos de trabajo que se han perdido en el sector de la construcción y en la caída del 21,2 % de la producción industrial.
Por eso se teme un aumento del desempleo que ya comienza a vislumbrarse. De acuerdo con datos del Sistema Previsional Integrado Argentina (SIPA), entre noviembre y febrero por lo menos 63.000 personas perdieron su trabajo.
Pobreza récord
El Banco Central, en tanto, ya advirtió que durante el primer trimestre de este año se cerraron 275.000 «cuentas sueldo», es decir, cuentas bancarias en donde las empresas depositaban mensualmente los salarios de trabajadores, lo que implica que ya no existen esos empleos registrados.
Los datos negativos se replican en todos los sectores, como la Cámara Argentina de Comercio y Servicios, que informó que en abril el consumo cayó un 4,5 % con respecto al mismo mes del año pasado, lo que implica que en los cuatro primeros meses de 2024 ya roza una baja del 30 %.
Cuando asumió, Milei aplicó una devaluación del 54 %, lo que permitió que la brecha del dólar oficial con el dólar ilegal (conocido como ‘blue’) fuera estable, de alrededor del 15 %.
Sin embargo, en mayo, ante la renovada desconfianza en la gestión económica, el dólar ‘blue’ volvió a dispararse y la diferencia con la cotización oficial subió al 40,2 %.
Otro de los saldos del Gobierno es que, entre diciembre y marzo, los sueldos registrados subieron un 58 %, pero los precios de productos y servicios aumentaron un 90 %, es decir que los ingresos de las y los trabajadores siguen perdiendo contra la inflación.
omo resultado, el salario promedio formal ya está por debajo de la línea de la pobreza que se mide con base en el costo de la canasta básica de alimentos para una familia de cuatro personas, dos de ellas menores de edad, y que actualmente es de 828.158 pesos (925 dólares).
En cambio, de acuerdo con los últimos datos disponibles de marzo, el salario promedio es de 705.832 pesos (808 dólares).
Ello explica que, de diciembre a mayo, la pobreza se haya disparado del 44,7 % al 55,5 %, como lo reveló el informe más reciente del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica de Argentina.
Es un empobrecimiento récord, ya que significa que, en solo seis meses, Milei aumentó la pobreza en 10 puntos, lo que supera los incrementos que hubo en los cuatro años de los dos gobiernos anteriores, puesto que con Mauricio Macri (2015-2019) pasó del 26,9 % al 35,5 %, y con Alberto Fernández (2019-2024) llegó al 41,7.
Lo que dice Gabriel Katopodis
El ministro de Infraestructura y Servicios Públicos de la Provincia de Buenos Aires, Gabriel Katopodis, emitió vía su cuenta en la red social X la siguiente declaración.
“El gobierno de Milei está haciendo un desastre en la industria y la construcción. Son 2.300 obras paralizadas, más de 100.000 despidos y cientos de empresas que se funden.
Esas obras formaban parte del desarrollo de nuestro país para mejorar la calidad de vida de millones de personas. Por eso, desde la Provincia de Buenos Aires vamos a seguir trabajando y a hacer las obras que la Nación no hace.
Además de la idea delirante de parar la Obra Pública, el Presidente quiere aprobar una ley anti-Argentina que directamente destruye la industria y las PyMES que son la base de la producción nacional.
El país que Milei tiene en la cabeza ya no va a poder ser. Vamos a ser miles de argentinos y argentinas diciéndole que no a esta ley que vende el futuro de nuestra Nación”.